Beatlemanía, 1964. Es el atardecer de un día agitado y tú eres un adolescente fervoroso. Tu misión: cazar al Beatle que más te gusta en medio de sus giras.
Sabes que usan señuelos (falsos Beatles) para poder moverse de un sitio a otro. Pero estás seguro que esos que cruzan la calle corriendo son John, Ringo y George, que deben ir del hotel hacia la estación de trenes donde los espera Paul. Te pones al frente de una horda de fanáticos desaforados.
George se hace el canchero y corre con una mano en el bolsillo de su chaqueta, tropieza y cae a los pies de Ringo que también cae. John se aleja muerto de risa, con una risa que suena a presagio...
*Si te avalanzas sobre George y lo sujetas de los fondillos de su pantalón antes que se reincorpore dirígete a este enlace (GEORGE)
*Si en cambio tacleas a Ringo ya levantado, mientras se acomoda su gran peinado y sonríe antes de volver a correr, redirígete a este otro enlace (RINGO)
Excusa para escuchar canciones que me gustan (o la más apropiada) pero también para releer las páginas de este libro tan extraño, tan contradictorio, tan sugestivo.
Deuteronomio viene del griego y significa "segunda ley", la segunda que entrega Moisés a su pueblo.
1 -1/35Estas son las palabras que dijo
Moisés a todo Israel a este lado del Jordán, en el desierto: “oyó Jehová
la voz de vuestras palabras, y se enojó y juró, diciendo No verá hombre alguno de
esta mala generación la buena tierra que juré dar a vuestros padre. Y
también contra mí se airó Jehová por causa de vosotros, diciendo: Tampoco tú entrarás allá”
4 – 22/24Así
que yo voy a morir en esta tierra y no pasaré el Jordán; mas vosotros
pasaréis y poseeréis aquella buena tierra. Guardaos, no sea que os olvidéis
del convenio de Jehová. Porque Jehová tu Dios
es fuego consumidor, Dios celoso.
6 - 6Y
estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón; y se
las repetirás a tus hijos y les hablarás de ellas estando en tu casa,
y andando por el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. Y
las atarás como una señal en tu mano, y estarán
como frontales entre tus ojos;y
las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.
7 – 14/16Bendito
serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni mujer estéril, ni en
tus bestias.Y
quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las
malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, sino
que las pondrá sobre todos los que te aborrecieren. Y destruirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; tu
ojo no les tendrá piedad, ni servirás a sus dioses, porque te será motivo
de tropiezo.
8 – 12/14No
sea que cuando comas y te sacies, y edifiques buenas casas y las habites,y cuando tus vacas y tus ovejas
aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se
aumente, entonces se enaltezca tu corazón y te olvides de Jehová tu
Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.
9
- 6Por tanto, entiende que
no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para poseerla,
porque pueblo rebelde eres tú.
10 – 16/22 Circuncidad,
pues, el prepucio de vuestro corazón y no endurezcáis más vuestra
cerviz. A
Jehová tu Dios temerás, a él servirás, a él te aferrarás y por su
nombre jurarás. Con setenta almas descendieron tus padres a Egipto, y
ahora Jehová te ha hecho tan numeroso como las estrellas del cielo.
Me prestaron la novela "El Hombre Inquieto" que cierra la serie de diez novelas negras que sitúan al inspector Kurt Wallander como personaje central, creado por el escritor sueco Henning Mankell y reconocido por esta serie de policiales. Como era de esperar es el primero que leo de la serie, justo el último eslabón (el orden en mi vida es proverbial). Wallander ya veterano en 2008 comienza a reflexionar sobre la vejez, la muerte, y se mudó a un lugar tranquilo e investiga el caso mientras ve pasar la vida.
La trama va acerca de la desaparición de su consuegro, un ex oficial de alto rango en la marina sueca y la investigación nos llevará hacia los ochentas, a las últimas páginas de la Guerra Fría, por lo que se hablará mucho de EEUU, de la Unión Soviética, de Berlín del Este, de países bálticos y escandinavos... pero cada tanto de otros países y su papel durante la Segunda Guerra y posguerra, y ahí mi sorpresa al descubrir el borde de una página plegado ¡y sólo un párrafo marcado! Aquel que subrayo:
—Bueno,
hablemos de esta sala de celebraciones —dijo Wallander, que pensaba
que ya era hora de abordar el tema. Le señaló el artículo y la mujer se puso
las gafas que le colgaban de un cordón alrededor del cuello. Ojeó el artículo y
lo apartó al cabo de un rato.
—Bueno,
pues empezaré defendiéndome —dijo entre risas—. Pagaban muy bien
por servir a aquellos oficiales impresentables. Para una camarera pobre como
yo, una noche podía suponer tanto como el salario de todo un mes, si se daba
bien. Salían de allí borrachos, algunos soltaban billetes de cien como si fuesen
estiércol. Así que podías sacar bastante.
—¿Dónde
estaba el local?
—En el barrio de Östermalm, ¿no lo dice el
artículo? Era propiedad de un hombre que había estado relacionado con el movimiento nazi
de Per Engdahl. Con independencia de lo despreciable de sus ideas políticas,
era muy buen cocinero. Había reunido mucho dinero trabajando como jefe de
cocina particular de una serie de altos mandos alemanes refugiados
en Argentina. Allí se ganaba muy bien la vida, cocinaba lo que le pedían, decía Heil
Hitler y, a finales de los cincuenta, volvió a Suecia y compró aquella sala de
fiestas. Y todo eso lo sé por lo que pueden llamarse fuentes fidedignas.